Introducción:
Los Desastres Naturales poco a poco han venido
evolucionando de una muy drástica y que de alguna u otra manera están afectando
al ser humano.
Crear en nuestra sociedad una Cultura de
Prevención es un reto muy grande, debido a que la mayoría de las personas han
ido desarrollando todo lo contrario a ello, es decir, una cultura de desastres.
Por ello, es en los centros educativos en donde
se centra el poder fomentar este tipo de cultura. Tanto docentes, directores
y personal administrativo, deben de
unirse y crear diversas estrategias que ayuden a desarrollar conocimientos en
los estudiantes, padres de familia y comunidad en general sobre las medidas que
debemos de tomar si ocurre un desastre.
El Simulacro es una técnica muy usada, que no
solo permite orientar en la práctica lo
que se debe hacer antes, durante y después de un desastre, también permite que
se pueda llevar a la práctica y de esta manera darnos cuenta si realmente
estamos preparados para tomar las medidas correctas y así prevenir y no
lamentar.
Para un docente es mucho más fácil fomentar en los niños/as distintas medidas que ayuden a prevenir, que tratar de cambiar los hábitos del adulto mayor, es por ello, que se debe de orientar de la manera adecuada y de esta manera cambiar resultados que tenemos en la actualidad.
ü Fomentar
una Cultura de Prevención de Desastres, por medio de la elaboración de distintos
simulacros sobre diversos desastres naturales para garantizar un aprendizaje
tanto en estudiantes, como en padres de familia y que sea capaz de llevarlo a
la práctica.
Objetivos Específicos:
ü Realizar
distintos simulacros, a través de distintas estrategias de utilización de
materiales adecuados, con el fin de generar cambios en nuestra actitud cuando
ocurre un desastre.
ü Disminuir
la mala práctica y toma de medidas cuando ocurre un desastre, por medio de un
escrito o reporte que oriente lo que se debe de hacer, garantizando un cambio
en nuestra actitud y conocimiento.
ANTECEDENTES.
La Organización Mundial de la Salud define un
accidente como: “Un acontecimiento fortuito, generalmente desgraciado o dañino,
independientemente de la voluntad humana, provocado por una fuerza exterior que
actúa rápidamente y que se manifiesta por la aparición de lesiones orgánicas o
trastornos mentales.” La situación de vulnerabilidad física y psicológica de
los niños y niñas y su dependencia del cuidado de los adultos, los hace
proclives a mayores situaciones de riesgo; en consecuencia, el trabajo
pedagógico que se desarrolle en esta dirección, debe estar en consonancia con
las características del desarrollo y aprendizajes que caracterizan las diversas
etapas en que se encuentran los niños y niñas.
En este contexto, a continuación se definen las
responsabilidades que compete a cada uno de los estamentos institucionales,
respecto de la seguridad y prevención de accidentes que se deben cumplir en los
establecimientos educativos de la institución, para ofrecer un ambiente seguro
y sin riesgo a los niños y niñas
MEDIDAS
DE PREVENCIÓN DE RIESGOS DE ACCIDENTES ASOCIADAS AL CUIDADO DE LOS NIÑOS Y
NIÑAS
En cualquier actividad que se desarrolle,
pueden existir distintas situaciones riesgosas, las que representan la
posibilidad de ocurrencia de accidentes o siniestros y que pueden dañar a las
personas. Cuando se permanece en un ambiente donde se realizan actividades por
un periodo prolongado de tiempo, se tiende al acostumbramiento del entorno, por
tanto, no se evidencian las condiciones inseguras que puedan existir ya que se
pierde la capacidad crítica de observación. Por esta razón, a continuación, se
presentan las principales condiciones de riesgos potenciales identificados y
medidas preventivas, asociadas a las áreas de trabajo de cada dependencia, de
acuerdo a las estadísticas disponibles y al juicio profesional de la Comisión
que ha elaborado el presente cuerpo normativo.
No obstante lo anterior, es responsabilidad del
personal de cada unidad educativa detectar las condiciones y acciones inseguras
de su entorno inmediato y desarrollar las acciones de prevención de riesgos de
accidentes pertinentes y en forma oportuna. Asimismo, la participación de la
familia constituye un eje importante en la prevención de accidentes en el
Jardín y en el hogar, motivo por el cual debe estar informada de las acciones y
condiciones inseguras que pueden provocar accidentes, y de esta forma prevenir
y reforzar los aprendizajes de autocuidado con sus hijos
REGLAS BÁSICAS DEL PERSONAL A CARGO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS EN
LA PREVENCION DE RIESGOS DE ACCIDENTES.
TODO
ACCIDENTE ES EVITABLE ·
No
dejar nunca a los niños y niñas solos.
Mantener
una visión permanente y general del grupo
Observar
el estado general del los niños y niñas
desde su ingreso al kínder Infantil hasta el momento de su retiro.
Estar
alerta a que los niños no ingresen al establecimiento con elementos que
pudieran significar un riesgo de accidente como por ejemplo: medicamentos,
fósforos, elementos tóxicos, elementos cortantes, o de otro tipo.
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